poesia de maria

viernes, 28 de mayo de 2010

•ANALISIS DEL TITULO DE LA OBRA

Es más que corto o simple, sugerente, este nombre femenino antiguo, que a la vez evoca dolor, sufrimiento y hasta amor, encarna perfectamente el contenido de la obra, donde más que el personaje masculino, gira alrededor de una mujer frágil, amorosa y bella que seduce sanamente a este Efraín casto. María pudiera ser un titulo sui generis de cualquier obra, pero no correspondió el honor a este vallecaucano ser quien lo usara sabiamente para titular esta novela idílica.

En fin el titulo habla sencillamente de lo que contiene, de sus desenlaces y de su final.

5. BIOGRAFIA Y DATOS PERSONALES DEL AUTOR

Jorge Isaacs nació en Cali, Colombia el primero de Abril de 1837, hijo de un comerciante Inglés radicado en Jamaica, Henry Isaacs, de origen Judío quien se convirtió al Cristianismo para casarse con Manuela Ferrer Scarpetta.

Después de cursar sus estudios primarios en Cali y Popayán viaja a Bogotá e ingresa al colegio del espíritu santo, mas adelante estudia en los Colegios San Buenaventura y San Bartolomé, pero no llega a graduarse. A los 5 años regresa al Valle del Cauca para residir en la Hacienda El Paraíso, donde se desarrolla gran parte de las escenas de su novela. A los dieciséis año es obligado a tomar parte en la primera de las guerras en que participó, 2 años después contrae matrimonio Felisa González Umaña de solo catorce años.

Jorge Isaacs vuelve a tomar las armas entre 1860 y 1861 para combatir al lado del gobierno Liberal contra las fuerzas insurrectas del General Tomás Cipriano de Mosquera; pero siempre estaba el refugio de la literatura, aunque en realidad nunca dejó de escribir o de concebir planes literarios, tal como lo demuestran entre muchos ejemplos, la publicación del primer canto del Poema “Saulo” dedicado al presidente Roca de Argentina “La tierra de Córdoba” o la redacción de una sentida elegía con motivo de la muerte de Elvira, hermana de su amigo, el poeta José Asunción Silva.

En 1880 publica La Revolución Radical de Antioquia, donde explica su participación en la invasión de se estado, es además cónsul entre 1871 y 1873 en Santiago de Chile, pero siempre se refugió en la literatura

Jorge Isaacs muere en Ibagué en Abril de 1895, pobre y absolutamente desilusionado, victima de sus fracasos políticos y sin conseguir ninguna retribución económica por habernos legado una de las obras más famosas de la literatura Latinoamericana.

6. RESUMEN DE LA OBRA MARIA

Enmarcada por la espléndida geografía del Valle del Cauca, en épocas pasadas floreció la hacienda «El Paraíso». Allí, rodeados por la bondad de sus padres y tíos, crecieron dos jovencitos de nombres Efraín y María, primos hermanos, quienes desde su más tierna infancia se hicieron inseparables compañeros de juego y alegría. Muy pronto, sin embargo, el camino de los dos primos se separó.

Efraín, alcanzada la edad necesaria para emprender una sólida educación, fue enviado por sus padres a la ciudad de Bogotá, en donde, tras seis anos de esfuerzo, consiguió coronar sus estudios de bachillerato.

María, entre tanto, lejana ya las delicias de la infancia, se había convertido en una bellísima muchacha, cuyas dotes y hermosura encandelillaron al recién llegado bachiller.

Ciertamente la sorpresa del muchacho fue compartida. También María se sintió vivamente Impresionada ante las maneras y el porte de su primo, y aquella mutua admiración dio tránsito a un vehemente amor que se apoderó de sus corazones, sin que ellos mismos pudieran comprenderlo o sentirlo.

El cariño de los jóvenes progresó dulcificado por las bondades de su medio y muy pronto, a pesar de que ellos quisieron ocultarlo, los ojos de sus mayores recabaron en este mutuo afecto. Entonces, una sombra dolorosa se interpuso entre los dos enamorados. Los padres de Efraín, quienes abrigaban un vivísimo amor por su sobrina, no podrían olvidar una penosa circunstancia .que señalaba indefectiblemente su destino. Tal como su madre, muerta bastante tiempo atrás. Marta daba muestras de padecer una dolorosa enfermedad. Aquella dolencia, que llevara a la muerte a quienes la padecieran, tarde o temprano, empezaba a notarse en el semblante juvenil de la muchacha. Ningún alivio era suficiente, y aunque el ánimo de los buenos señores se inclinara favorablemente al amor de los muchachos, la posibilidad, casi indudable, de la muerte temprana de María, los obligaba a oponerse.

A pesar de ello, sus acciones no revistieron crueldad o torpeza. Todo lo contrario, el padre llamó a Efraín a su lado y sin mostrar señal alguna de su íntima determinación, lo instó a viajar a la lejana Europa a fin de adelantar estudios superiores de medicina. Aquella solicitud conturbó el ánimo de la enamorada, quien veía con profundo pesar la forzosa distancia que entre los dos pudiera interponerse. Sin embargo, la voluntad paterna fue determinante y tras una serie de obstáculos y aplazamientos que llenaron de felicidad el corazón de los amantes, Efraín enderezó sus pasos rumbo a Londres. El dolor de los primeros tiempos de separación fue mitigado por las incontables cartas que los muchachos se enviaban.

Muy pronto, Efraín resintió las dilaciones y tardanzas de su amada. Y cuando esta situación más lo mortificaba y ofendía, supo por boca de un amigo recién llegado a Inglaterra, que la joven María había sido postrada por una dolorosa enfermedad que la amenazaba cruelmente y que requería su presencia. Inauditos fueron entonces los dolores de Efraín tratando de encontrar vías inmediatas para su desplazamiento desde Europa.

Las enormes distancias y la lentitud de los transportes se erigía como otras tantas lanzas que mortificaban su corazón. Días y días se sucedían, sin que la añorada patria asomara en el horizonte. Llegaron después tas penalidades de la travesía de ríos y montanas, los accidentes, las lluvias, la crueldad de la naturaleza que inconmovible asistía a los agónicos esfuerzos del enamorado. Cuando ya Efraín consiguió descabalgar en tierras de «El Paraíso» y saludó emocionado a sus padres, por el semblante de aquellos adivinó la verdad: sus esfuerzos fueron vanos.

La amada no pudo aguardar su llegada y con su nombre entre los labios falleció.


La desesperación de Efraín lo condujo hasta el pie de la tumba de María, en donde los recuerdos de las alegrías pasadas que la llevaron hasta la postración. Finalmente, incapaz de soportar la vida en medio del maravilloso valle que fuera escenario de su amor y que lo inundaba cada instante con su alud de recuerdos y emociones, Efraín decidió abandonar para siempre la tierra de sus mayores y se adentró en lo desconocido.

7. PERSONAJES

PRINCIPALES

EFRAÍN, joven protagonista de la novela, enamorado de María, que luego de comprometerse en matrimonio con ella a su regreso de Europa, ve frustradas sus ilusiones al encontrar que ha fallecido en su ausencia.

MARÍA, novia de Efraín, hija de Salomón, judío de Jamaica que antes de morir la deja bajo ci cuidado de! padre del protagonista. Al padecer la misma enfermedad que terminó con la vida de su madre, ve que ésta se recrudece por la ausencia de Efraín. Pide a este que vuelva a su lado, pero sus fuerzas se debilitan y su vida se agota antes de tener e! remedio de su presencia.

EL PADRE, bondadoso hacendado del Valle del Cauca, en cuya casa permanece María bajo su cuidado. Es quien dispone e! viaje de su hijo Efraín a Europa a continuar los estudios de medicina, pero lamentablemente esta es la razón por la cual se intensifica la enfermedad que lleva a María a una muerte temprana.

LA MADRE, buena mujer, típica esposa tradicional de carácter .sumiso, cuya presencia en la novela es símbolo de prudencia y buen consejo en los

momentos adversos.

EMMA, hermana de Efraín y confidente de los enamorados. Siempre dispuesta a crearles momentos propicios y a servirles de consuelo en las

dificultades.

SECUNDARIOS

JULIAN, hermano de Efraín, estrechamente unido a María, de quien recibe un amor casi maternal.

DOÑA ANDREA, madre del anterior.

LUCAS, neivano agregado de una hacienda vecina a la de José, que forma parte del grupo que va a la cacería del tigre.


TIBURCIO, otro participante en la cacería del tigre. Novio de Salomé.


MARTA, cocinera de la posesión de José y su familia.

FELICIANA, negra aya de María, que en el pasado tuvo el nombre de Nay. Era hija de un guerrero achanti del África, pero capturada por uno traficantes, fue conducida a América en calidad de esclava.

ESTEFANA, negrita de doce años, hija de esclavos que sirve en la casa. Tiene un afecto fanático por María.

CAMILO, criado de la familia de Efraín enviado a Cali por correspondencia que esperaban.

EL CURA, anciano religioso que oficia la boda de Tránsito y Braulio.

SEÑOR A, caballero con quien viaja Efraín a Europa y quien le da

la noticia de la gravedad de María.

MAGMAHU, guerrero achanti padre de Nay (Feliciana).

SAY TUTO KUAMINA, rey achanti a cuyo servicio estuvo Magmahú.

ORSUÉ, caudillo de los achimis, muerto por Magmahú.

SINAR, hijo del anterior y esposo de Nay. Luego de ser capturado por unos traficantes es separado para siempre de su mujer, con quien ha tenido un hijo, el negrito Juan Ángel.

WILLIAM SARICK, irlandés dueño de la casa donde fue dejada Nay (Feliciana) por los traficantes en calidad de esclava.

GABRIELA, mujer del anterior. Nay encuentra en ella consuelo por la pérdida de su esposo y buen consejo en la desesperación.

EL YANKEE, americano que intenta comprar a Nay para llevarla a su país, donde el hijo de ésta será esclavo por siempre.

CUSTODIO, chagrero compadre de Efraín a quien pide lleve a su hija Salomé a su casa para alejarla de la tentación de Justiniano, hermano de Carlos, que parece acecharla con propósitos no muy honestos.



•TEMAS CLAVES DE LA OBRA



El amor

María es un ingenuo idilio sentimental, romántico, que ha sido comparado con Pablo y Virginia de J. H. Bernardin de Saint Fierre (obra donde el autor francés trabaja el exotismo paisajístico y el sentimentalismo), y con Átala de Chateaubriand, serie también de relatos exóticos, como también hubiera podido serlo, en cierto modo, la novela pastoril Dafnis y Cloe del sofista griego Longo, pero que no es imitación servil de nadie, sino espontáneo y sentido recuerdo de un primer amor purísimo, ideal en el más alto grado de romanticismo. Pero lo anterior no excluye cierto sensualismo, algo de fetichismo -por supuesto, muy delicado y cándido por parte de Efraín quien se extasía en más de una ocasión besando y observando las prendas de la muchacha.

No duda en hacer elogios muy detenidos del cuerpo de ella. Sus codos, la blancura de sus brazos; su cuello y sus manos, los pies desnudos que la joven pretende cubrir en actos púdicos, son materia de largas descripciones que obviamente nos indican pasión velada con delicadeza de palabras respetuosas.

Este amor es eterno pues cubre la totalidad de la vida del personaje que narra y se ha inmortalizado en las páginas de la novela de Isaacs. Por su parte, en María encontramos el amor que aguarda. Es la paciencia pura, la resignación que jamás es vencida y que, al contrario, se acrecienta con los obstáculos. Es el amor que destruye la materia antes que agotarse en sí mismo. Es decir, en ella el amor todo lo puede porque es espiritual. Aunque la novela toca otros temas importantes, desde un comienzo entendemos que el amor ocupará la generalidad de la obra, porque María sólo se puede concebir como símbolo de amor, A lo largo de todo el texto, sus actitudes, pensamientos y conductas están al servicio de! amor. No hay un solo episodio donde nos encontremos con una María diferente a la María-amor, y no hay un pasaje de amor en donde no aparezca la imagen de María como arquetipo, como modelo indicativo de lo que es o debe ser un verdadero sentimiento amoroso, a pesar de que en aquellos se halle el ideal de antemano. Ella es la perfección, ella es amor.

La muerte

Como es común en el romanticismo, el amor y la muerte van unidos en una conjunción trágica. Desde el comienzo de la novela, y aunque la muerte no haya sido mencionada, se percibe cierta atmósfera densa, cierta inclinación a lo desconocido, que nos anuncia turbulencias y estados de ánimo agónicos. La simple partida del chiquillo Efraín fuera del seno familiar, no hace más que presentarnos una especie de muerte a escala menor. El hijo parte y el llanto invade un hogar. El dolor reina y el hijo debe experimentar lo desconocido. A su regreso todo parece brillar por la ilusión, pero no tardan en aparecer signos inequívocos de angustia. María se retira temprano a su habitación porque le duele la cabeza; falta a la mesa del comedor en un acto inusual en las costumbres de la época y... su mano tiembla. Su primer ataque oscurece la dicha y un ave negra que golpea la mejilla de Efraín, nos hace perder toda esperanza contra lo fatal: es la alegoría de la muerte que sonríe por primera vez y nos indica que su atención se ha depositado en aquella muchachita indefensa y amada para no desviarse ya a ningún otro lugar, porque es implacable y saborea con su rigor el padecimiento de quienes se le oponen.

Todo en adelante será ilusorio para los personajes de la novela y para el lector ingenuo. El ave sigue apareciendo siempre con azotes de humor negro y nos acompañará hasta el final de la novela.

La esclavitud

Aunque muchos críticos han afirmado que la sociedad plasmada en María es un mundo idealizado en que todos los personajes son buenos y nobles, se puede cuestionar dicha afirmación. Ante todo, nada de noble tiene una sociedad que admite la institución abominable de la esclavitud. Isaacs demuestra la preocupación del Realismo al censurar esta vulgaridad inhumana. Efraín pregunta a Emigdio por qué un muchacho tiene el brazo mutilado; su amigo contesta que lo había metido en el trapiche, y se queja de la estupidez de los esclavos, y añade que ya el joven no sirve más que para cuidar caballos. La simple inclusión de este pasaje nos muestra que el autor se aterra ante tal desconsideración. Pero la mayor protesta contra la esclavitud la encontramos en el relato de Nay y Sinar; el dolor de los desgraciados que se ven separados de sus familias; los horrores de los buques que transportan los esclavos, las propuestas depravadas que hacen algunos traficantes a las negras más bonitas, etc. Es pues, un tanto apresurado afirmar que la novela nos presenta una sociedad idealizada.

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